martes, 30 de octubre de 2012

La educación, siempre la educación


Como este espacio está dedicado para desahogarse y echar cantaleta, hoy lo hago sobre el tema de la educación. De hecho es uno recurrente en estas líneas. Quizás no el más, pero sí se busca que muchas entradas se dediquen al tema.

Hace ocho días, mientras pescaba artículos, comentarios y videos en la web y en ese fabuloso instrumento que es Twitter, me pesqué dos presas provenientes de distinta fuente pero que permiten elaborar la trama del día de hoy.

Con un cubrimiento general en los medios, observé la semana pasada como se anunciaba la realización de las Pruebas Saber para los grados 3, 5 y 9, de este año en adelante anualmente y no trianual como es hasta ahora, que buscan medir los conocimientos de los estudiantes en más de 20 mil colegios, privados y públicos, en todo el país, en las áreas de matemáticas, lenguaje, ciencias naturales y competencias ciudadanas.

Me llamó poderosamente la atención que en el diario El Tiempo, el medio que junto a La W Radio cuentan con mayor llegada a los círculos más influyentes del país, para bien o para mal, ubicaran la noticia en la sección “Vida de Hoy”. De alguna manera la connotación que se da al ubicar un evento en esta categoría editorial es que no posee gran importancia, más allá para las “amas de casa” y otras clases de personas que no están ni remotamente cercanas a tomar las decisiones grandes que marcarán el rumbo del país y, con él, de todos los ciudadanos que lo habitan.

De otro lado, también en Twitter, encontré una noticia y un documento de los Estados Unidos que tenía por título U.S. Education Reform and National Security. El reporte, que era patrocinado por el Council on Foreign Relations, CFR, que es uno de los think tanks más prestigiosos de ese país y del mundo, que se dedica especialmente a temas como las relaciones internacionales, la geopolítica y asuntos militares y económicos, contaba como sus dos líderes a Joel I. Klein, la anterior cabeza del sistema educativo de la ciudad de New York, y Condolezza Rice, exsecretaria de estado, el cargo más alto en la jerarquía de la política de exteriores de ese país.

Por supuesto el reporte no fue primera plana, pero este no es el único reporte que sobre la materia y con este tipo de enfoque, seguridad nacional, se produce en esa nación.

El reporte reza en uno de sus apartados:

“la falta de preparación [de los estudiantes norteamericanos] amenaza en cinco frentes a la seguridad nacional [de los Estados Unidos]: crecimiento económico y competitividad, seguridad física [es decir del territorio y quienes lo habitan], propiedad intelectual, conciencia global de los Estados Unidos, y unidad y cohesión [nacional]… Demasiados jóvenes no pueden ser empleados en una economía global y cada vez más especializada, y demasiados jóvenes no están calificados para unirse a las Fuerzas Militares porque se encuentran mal físicamente, poseen antecedentes criminales, o cuentan con un nivel educativo inadecuado”.  

Debemos celebrar que las pruebas Saber y Saber Pro se consolidan cada vez más en el sistema educativo. Pero debemos también andar preocupados porque en nuestras élites no se percibe una juiciosa conciencia de lo estratégico y central que es la educación y todo lo que se haga para mejorarla y llevarla a tener niveles internacionales y competitivos.

La reforma a la Ley 30 (educación superior) fue flor de un día que marchito ante el más mínimo tropiezo. Recientemente desde el gobierno se ha manifestado la no  necesidad de adelantar las reformas por medio de leyes, esto de por sí es un alivio, pero es evidente que no se está haciendo realmente mucho, porque de ser así, se estarían pisando, que digo, aplastando, cayos y las reacciones de los que tuviesen sus intereses amenazados no se harían esperar.

Bien por la ministra Campo en su empeño por medir más y más, pero no es suficiente. Hay que desengavetar pronto la reforma educativa, en todos sus niveles, y sin importar el formato, sea ley, decreto o lo que sea, y dar la pelea. Es apremiante hacer estas reformas, y si no creen vean lo que tienen que decir los gringos.  

lunes, 29 de octubre de 2012

Sagacidad al volante


El pasado miércoles en El Tiempo el exfiscal, exprocurador, excongresista, exjuez de circuito, y por supuesto, como no, exprecandidato presidencial del partido Liberal, Alfonso Gómez Méndez, se preguntaba en su columna si “¿[e]s la guerrilla el problema principal [de Colombia]?”

No deja llamar poderosamente la atención que desde que salió a la luz pública el proceso de paz entre el gobierno de Santos y las Farc, poco a poco han venido apareciendo varios comentaristas, a los que hoy se les une el individuo en mención, señalando que, no solo una vez firmada la paz, que no es eso, sino el fin del Conflicto Armado Interno en el país, la situación de violencia probablemente se recrudecerá durante un periodo de tiempo que no puede ser calificado simplemente como transitorio, sino que ya también señalan que es que las Farc no eran esa cosa tan omnipotente y omnipresente en la agenda y la realidad del país, tal como parecía indicarlo la cantidad de esfuerzos, tinta y pensamientos que nuestros líderes, provenientes de todos los espectros políticos, dedicaban.

Como se señala, esta falencia no se debe a signos ideológicos, sino mas bien a la ausencia de visión estratégica, realista y pragmática, construida alrededor de valores y principios determinados, y adicionalmente, de variables definitivas como la geografía y la historia, la real, no la filosófica.

Las Farc son un enano intelectual, en todo el sentido de la palabra como también ese miércoles Pascual Gaviria lo señalaba en El Espectador. También, y más importante, son enanos estratégicos, sobre todo después del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, pero también antes de este.

Ahora, el problema con este nuevo intento de negociación que está haciendo Santos, es que si no lo maneja con la sagacidad necesaria, que es mucha, porque las Farc aunque son enanas en los campos que hemos mencionado arriba, han logrado, por medio de un poco conocido proceso, apoderarse de la psiquis de la opinión pública colombiana y de quien la moldea,  puede perfectamente permitirle a esta organización, como bien lo señala en su misma columna Pascual Gaviria, apropiarse de las agendas nacionales. Hoy ellas, las Farc, las han perdido, “más o menos”. No podemos derrochar estos valiosos avances. Los retrocesos serían cuantiosos.

Así que a continuar negociando pero sin procurar atención más de la que se merecen. Las Farc son un reallity y nada más. Yo pregunto haciendo uso de una analogía ejemplificante: ¿usted considera los reallities programas inteligentes y serios? La respuesta es no. Las Farc son un reallity y nada más.

Y sigo, entonces, preguntando: ¿cuáles son los programas serios? 

Gómez Méndez por lo menos ha comenzado de manera inteligente a señalar abiertamente que las Farc no son la prioridad número uno de Colombia, ni la dos y ni la tres. Pero como pueden ver en su escrito, deja por fuera todos los desafíos que tiene este país y cualquier otro si quiere destacarse y enriquecerse en el actual ambiente internacional. Es decir, no hay mención a los temas de la innovación y la creatividad, o sea la economía del conocimiento y la información.

Todavía falta bastante para cambiar el chip de pensamiento de la dirigencia colombiana. ¿Quién lo irá hacer? La pregunta del Baloto es esta.

Para más info sobre este asunto ver aquí, aquí y aquí.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Seriedad, por favor.


Como estamos en una democracia, no solo son bienvenidos sino necesarios, los pronunciamientos provengan de donde provengan y que busquen aportar ideas y soluciones a los distintos asuntos y problemas que nos afectan como país. Por lo mismo, como somos una democracia, no solo son bienvenidas sino necesarias, las críticas que se hagan a dichos pronunciamientos.

En razónpública.com, la revista digital de la Fundación Razón Pública, fundada y liderada por Hernando Gómez Buendía y buena parte de una gran camada de intelectuales colombianos, publicaron hace una semana una “[d]eclaración pública de centenares de artistas, profesores, investigadores, periodistas y líderes comunitarios que respaldan el proceso de paz que comienza”.

Siempre ha resultado desconcertante a los ojos de este comentarista que buena parte de los líderes intelectuales de este país, por no decir la abrumadora mayoría, pueden equivocarse tanto a la hora de apreciar un tema, además uno tan omnipresente en nuestra realidad y de tanta importancia.

Primero: “…proceso de paz que comienza”. Lo de Oslo no es ningún proceso de paz. Uno podría enredarse (prolongarse) bastante echando el cuento de que qué es esa cosa de la “paz”. Pero eso sería para otras numerosas entradas. Lo que se debe resaltar con insistencia es que lo de Oslo son unas negociaciones para dar fin al Conflicto Armado Interno colombiano. Con mayúsculas porque este es un término encuadrado en las categorías jurídicas desprendidas de los Convenios y Protocolos de Ginebra y que tienen por fin regular la guerra. Ni siquiera resolver los conflictos sino regularlos, teniendo como principios guías la búsqueda de la humanización de los mismos.

Esta aclaración es necesaria porque, que esto lo digan en “Muy Buenos Días” o en “Sweet” no pasa de ahí. Es desafortunado, por supuesto, que la opinión pública no tenga claro qué es lo que ocurre en el país en que viven, pero es perturbador que la intelligentsia tampoco.  

Segundo: después de dar apoyos, consejos y observaciones, en el último punto, nuestros abajo firmantes, como más de cien, no sé si dándose cuenta o no, se ponen del lado de las Farc. De la ilegalidad. “Una paz negociada implicará reformas substanciales que afronten” el desorden tan macho que tenemos hoy y desde hace rato. Como la agenda arranca con el tema rural, “desarrollo agrario integral”, a la luz del debate público, se debe abordar “el análisis de temas como la superación de la pobreza rural, la democratización de la propiedad de la tierra, la relación agricultura-minería, la reconversión de tierras dedicadas a la ganadería, la inversión extranjera, la reprimarización de la economía, las reservas campesinas, la seguridad alimentaria y la protección de los recursos naturales”.

Esto fue publicado cuatro días antes de que alias Iván Márquez sacara su discurso acusador en Oslo, el jueves pasado. No es nuevo, pero las coincidencias entre el discurso de este grupo armado ilegal y buena parte de los formadores de opinión, resulta por decir lo mínimo curioso. Justifican el accionar de las Farc. Como consecuencia lógica, las “reformas substanciales” deben ser abordadas en la agenda de negociación. Y por último, es más una inferencia propia pero considero no desatinada, se desechan los foros naturales y legales, que no legítimos quizás, pero legales al fin de cuentas, como el congreso e incluso los medios de comunicación, al encontrar óptima la presencia de las Farc en una mesa frente al Estado, para poder “analizar”, ergo resolver, los problemas señalados arriba.

Yo acá no vengo a pontificar. Me llama sí la atención el pragmatismo de estos intelectuales, por lo menos la mayoría de ellos, a la hora de enfrentar a los ilegales de las Farc, póngale usted los adjetivos adicionales que quiera, y la rectitud y radicalidad con que enfrentaron hace unos años a las, ilegales también, y póngale también los adjetivos que quiera, Autodefensas Unidas de Colombia. Para mí, eso no es solo falta de rigor intelectual y científico, si se le quiere dar mucha pompa al asunto de la ciencia política, sino también falta de seriedad y congruencia.

Para seguir discutiendo.      

martes, 23 de octubre de 2012

Analistas facilistas y medios facilistas


¡Qué pena con ustedes! Pero al ser una audiencia privilegiada y de élite, es decir reducida, deben hacer el intento de aguantarme la cantaleta. Pero estos analistas internacionales que debemos sufrir, aunque muchos en realidad los disfrutan porque exponen de manera sofisticada y nítida sus posiciones simplistas, diría yo equivocadas, precisamente por ser simplistas, son definitivamente insufribles.

Escribe hoy en el diario El Tiempo uno de los especímenes más resaltados de esta categoría de seudo-pensadores, el mexicano-estadounidense Sergio Muñoz Bata, poniendo en evidencia al perverso Romney. Resulta que el candidato del partido republicano es malo, es pésimo, porque se hace el loco con lo que ha dicho en el pasado. Por supuesto, el exgobernador de Massachusetts no tiene memoria selectiva, se equivoca en eso el presidente Obama, según el propio Muñoz Bata. Romney va más allá en su perversión. Es un cínico de raca-mandaca.  

No hay que recordarle lo siguiente a Muñoz Bata. Él lo sabe. Él pasa por indignado, el uso de la palabra es adrede, porque la gran mayoría de los indignados se hacen, no lo son, porque conocen cómo es la realidad, pero debe asumir su posición de indignado frente a los cambios reales, por cierto, de posición de Romney, por necesidad de mecánica política. Yo podría acá sin necesidad de ir a Google y decir que su candidato, el actual presidente Obama, también ha cambiado de posiciones. Y muchas veces, ¡oh sorpresa!, desde que llegó a la presidencia de la república. Guantánamo, SuperPACs, derechos de los homosexuales y así podría seguir en muchos otros temas si me decidiera por usar los motores de búsqueda.

Muñoz Bata está en todo su derecho de defender a su candidato y de hacerlo como se le de la real gana. Pero en el que es el periódico de mayor influencia en el país, deberían ser serios y poner entonces en sus páginas editoriales otra opción que entregue equilibrio informativo y las mayores opciones posibles a sus lectores. Muñoz Bata no es un analista serio y objetivo. Yo me atrevería a decir que tampoco riguroso. Que opine lo que quiera, pero que por lo menos en El Tiempo, no lo presenten así, sino como lo es, un activista político.

Como ven, acá no me despacho esencialmente contra los analistas, que llamo facilistas, sino más bien contra el importantísimo El Tiempo. Espero que mejoren seriamente en este aspecto, por lo menos mirando ya hacia el 2016. Querámoslo o no, El Tiempo es crucial en nuestro país para construir la visión que hacemos del mismo, por lo tanto tiene responsabilidad fundamental de que dicha visión no sea ni limitada ideológicamente ni parroquialista.
    

viernes, 19 de octubre de 2012

Juan Manuel Santos y el póker


Cuando uno como que se está cargando de tigre contra el presidente Santos por lo del famoso proceso de paz y por lo que entonces pueda empezar a suceder en Oslo, la sangre hierve y surge la pregunta, "¿a qué horas y por qué fue que terminé votando y apoyando a Juan Manuel Santos?" Y este se lo recuerda a uno, nuevamente. Rápidamente a veces. Como que sin querer queriendo.

“Usted terminó votando por Juan Manuel Santos porque es un extraordinario jugador de póker”. 

Durante la campaña y la construcción de su carrera y su perfil político, el asunto del póker apareció constantemente y era utilizado mayoritariamente para atacarlo: timador, embaucador, arriesgado y apostador o tahúr.

Estos son algunos rasgos característicos de los jugadores de cartas, pero en realidad la referencia al póker va mucho más lejos, puntualmente va al rasgo de analista complejo y agudo.   

Edgar Allan Poe escribía sobre los jugadores de cartas, especialmente los realmente buenos, en la parte introductoria de Los crímenes de la calle Morgue, una de sus fabulosas Historias extraordinarias, que:

"[n]o cabe duda de que no existe nada de similar naturaleza, como [las cartas], que ponga tanto de relieve la facultad de análisis... la pericia en [las cartas] implica capacidad de éxito en todas aquellas empresas más importantes donde la mente lucha contra la mente. Cuando hablo de 'pericia', me refiero a la perfección en el juego que incluye comprensión de 'todas' las fuentes [que son numerosas, multiformes e inaccesibles al entendimiento vulgar] que produzcan legítimas ventajas... es en el terreno situado más allá de los límites de las simples reglas de juego donde se pone de relieve la capacidad del analista... El conocimiento necesario se basará en 'qué' observar. Nuestro jugador no se limita en absoluto; ni tampoco porque el juego sea el objeto, rechaza deducciones de cosas ajenas al mismo".

Este recordatorio de que Santos es un gran analista no surge de algo que sepa este comentarista sobre el proceso de paz mencionado arriba, sino de una información que va a pasar desapercibida en medio de la inmensa marea de noticias provocadas por la rueda de prensa en Oslo que dio inicio a las negociaciones entre el grupo armado ilegal y el Estado colombiano. 

Dicha información señala que el presidente Santos escribió el prólogo de la traducción al español del best-seller de Dan Senor y Saul Singer titulado Start-Up Nation: The Story of Israel's Economic Miracle, en el que los autores buscan dilucidar cómo pudo Israel, una pequeña nación en términos geográficos y demográficos, sin recursos naturales, rodeada de enemigos y en constantes guerras, convertirse en la meca mundial de las empresas de alta tecnología, tecnologías limpias, patentes médicas, biotecnologías, además de software, seguridad cibernética y telecomunicaciones. La única nación que en algunos de estos campos supera en volumen de inversión a los israelitas, son los Estados Unidos. En los demás casos, por ejemplo, Europa e India juntas, se encuentran rezagadas frente al Estado de Israel.

Este es el Santos de avanzada. Este es el Santos que incluye en su plan de desarrollo como una de sus locomotoras a la ciencia y la tecnología. Desafortunadamente Santos, como cualquier otro líder, no trabaja en el vacío. Y es allí cuando, quiero creer yo, tiene que aparecer forzosamente el Santos anticuado que se encuentra anclado en el pasado. El que tiene que buscar cómo esparce la mermelada por toda la tostada, teniendo que utilizar ese sofisma de distracción en que se ha convertido el argumento de la equidad, usado con sevicia por los politiqueros y los gobiernos para poder alinear a los primeros.      

A pesar de esa malicia y esa fealdad que se observa en eventos como esta negociación con un grupo terrorista, rancio y cínico como las Farc, a Santos hay que darle crédito porque es el primer mandatario que le ha interesado en suma manera el tema de la innovación y lo relacionado con la economía del conocimiento. Estas, lo del prólogo en Start-Up Nation por ejemplo, son las señas que nos indican que entiende la compleja realidad y nos permite renovar los votos de confianza en él, por su condición de gran jugador de póker, es decir, por su condición de gran analista. Por supuesto, no solo de ese juego de cartas, sino del contexto nacional y mundial. 

martes, 16 de octubre de 2012

Falcainha

Falcainha y no Falcaldada como podría ser en buen castizo (creo que buen castizo) porque suena preocupantemente a alcaldada que es cuando los gobernantes de turno cometen arbitrariedades, no en nombre del bien común o el bien superior, sino en nombre de la necedad o simplemente de la pura y llana idiotez. 

Con ella, la Falcainha, me refiero a ese jugadita que termina en gol, con la que Radamel Falcao García, el nueve que juega hoy para el Atlético de Madrid español, ¿quién sabe hasta cuándo?, nos está acostumbrando a los colombianos y a los amantes del futbol. O podría decirse malacostumbrando, algo para lo que ambas categorías humanas, somos muy aptos de hacer.  

Recibe la pelota en una esquina del área, la controla, tenga o no tenga marca, engancha con una pierna y amaga, por lo menos al arquero, y con la otra mete una especie de globito, pero no de esos que salen desinflados, sino uno que tiene colocación y suficiente potencia para vencer al equipo contrario. Y ¡pum! ¡Basta! fue gol. 

Se la hizo al bonito e inspirador Bilbao de Bielsa en la final de "la otra mitad de la gloria" del viejo continente, la UEFA Europa League. Después de unos mesesitos, cuando escasamente arrancaba la actual temporada, se la aplicó tal cual al multimillonario y valiente Chelsea de Abramóvich en la Supercopa de Europa, y el viernes pasado la hizo, yo me atrevería a decir que dos veces, pero para no polemizar mucho, la hizo en el primer gol que le metió a la desabrida y triste seleción del Paraguay, en juego por las eliminatorias al mundial de Brasil 2014.  

Ya se oyen voces hablando de los merecimientos de Falcao para disputar, y hasta ganar el Balón de Oro de este año, el Premio Nobel del futbol. No solo por estas falcainhas, ya en minúsculas porque yo digo que toca acuñar este término tal como "la chilena" y "el olímpico" y "la rabona", sino por su rendimiento total en el campo de juego. Goles, entrega, disciplina, genialidad y también, porqué no, lo que hace por fuera de ellas. Es un señor. Una amiga (wink-wink) me dice que toca peluquiarlo, pero ¿qué se le hace? Al nueve le gusta así y así juega lo que juega.

Pero la cosa es de pa' arriba. A la final del Balón de Oro llegan tres. Messi que es el mejor de la historia, CR7 que es un atleta y un "entertainer", como al mismo le gusta describirse, e  Iniesta que es "el" cerebro. Esa es la competencia. A Falcao le toca mantaner el ritmo que lleva desde comienzo de la 2012-2013. 15 goles en 10 partidos oficiales. Y le toca porque el record en goles de Messi desde enero de 2012, fecha de inicio que evalua el galardón, es superior al de Falcao. Y también le toca, pienso yo, inventarse otra jugadita además de la falcainha o dejar a su mujer y cuadrarse a Sofía Vergara para superar a CR7, el "entertainer". Y tambén le toca ganarse algo como una copita continental como la que Iniesta se ganó este año con España. 

Por todo eso es que está de pa' arriba. No es imposible porque el futbol se caracteriza por impredecible y porque muchas, muchas veces, pasa precisamente lo imposible. Pero entonces, acá en Colombia y en el Atlétic hagamos fuerza porque se imponga la Falcainha y si no pasa de ahí, pues muy bien gracias, todo muy bonito y muy chévere. Ya lo hecho por Falcao es brillante.  

viernes, 12 de octubre de 2012

Petro: el alcalde del cambio

¿Qué pasaría si Gustavo Petro fuera el técnico de la selección Colombia? Pues muy seguramente, por lo visto por su paso por la alcaldía de Bogotá hasta el día de hoy, Petro habría cambiado la convocatoria y el equipo en el campo de juego con respecto al de los últimos encuentros. Todo porque para Petro, puede uno especular por lo presenciado hasta hoy, el objetivo más grande de cualquier empresa o aventura es hacer cambios, y entre más grandes mejor. Que sirvan o no es secundario. Lo importante es mostrar que se hacen quiebres dramáticos con respecto a lo pasado. 

Lógicamente, debemos tener clara la perspectiva y reconocer que en Bogotá el actual alcalde no es el primero en comportarse de esa manera, en las últimas dos décadas. Luis Eduardo Garzón, el bufón del regimen santista, aunque terminó plegado a la escuela Castro-Mockus Peñalosa, se demoró bastante en hacerlo. Podríamos decir que prácticamente la mitad de su periodo de cuatro años. El desorientado y sacrificado Samuel Moreno tuvo un gobierno de fractura, en todo el sentido de la palabra como bien sabemos. Botó por la borda lo que se había construído en una década en Movilidad y cultura ciudadana. 

Y hoy Petro anda feliz haciendo las mismas cosas que Garzón y Moreno buscaron hacer. Pero parece que él es más decidido que el primero y honrado que el segundo, sin que estas dos características lleven a concluir que el experimento Petro sea favorable para los intereses de la ciudad y sus habitantes. 

Veía en un reporte especial de la revista The Economist sobre India que sus ciudadaes son un desorden tenaz. Aunque sólo un tercio de la población es urbana (hoy unos 415 millones de personas aproximadamente), ya 53 ciudades cuentan con por lo menos un millón de habitantes. Hay poquísima infraestructura, mucha burocrocia, mucha corrupción, poca seguridad, poca planeación urbana. Pero hay algunos oasis esperanzadores. 

En el estado costero de Gujarat, arribita de Mumbay, se encuentra la ciudad de Surat. Con 4 y medio millones de habitantes superó una crisis sanitaria de dimensiones propias del Bhagavad Gita. Hoy se ha convertido en un pudiente centro industrial, el 96% de la gente paga sus impuestos puntualmente, es limpia, se han hecho calles y avenidas y existen unos muy confiables sistemas de transporte y servicios públicos, administrados por privados. 

¿Cuál fue la principal clave de este exitoso caso indio? Lo que no le gusta a nuestro alcalde: la sostenabilidad por dos décadas de las políticas tomadas a lo largo de diferentes gobiernos. ¡Nada más!      

Esta sostenibilidad de políticas ha permitido que aparezca y se sostenga la gobernabilidad en la ciudad. Esta es producto de un esfuerzo entre empresarios, academia y gobierno. 

Pero al burgomaestre de los bogotanos, eso como que no le llama la atención. ¿Qué Transmilenio tiene yerros y limitaciones? ¡Pues cierrenlo e invéntense otra cosa! ¿Qué la privatización de Energía, Telecomunicaciones y el aseo produce algunas preguntas sobre el manejo que se le ha dado? ¡Pues a estatizar se dijo! ¿Qué la terciarización de unos colegios públicos deja algunas dudas? ¡Pues se abandona ese programita neoliberal! En fin, ustedes me entienden. 

Hace unos pocos años atrás el experimento en Bogotá estaba funcionando bien comparado a lo que se tenía antes. ¿Se acuerda de la EDIS señor alcalde, o de la "troncal" de La Caracas? Por supuesto el espacio para mejorar era inmenso, pero había un curso marcado. Ahora vemos como con el paso de los meses la gobernabilidad de la ciudad se va perdiendo en un liderazgo que solo ha conseguido que "un espectálculo cruel y provocador, pero también cierrtamente hermoso", como describe Mo Yan, el nuevo Premio Nobel de literatura, al toreo, sea prohibido. Otro cambio más. 

¡Ser comentarista internacional es una comodidad!

A riesgo de volverme repetitivo, debo decir que definitivamente, hoy por hoy ser comentarista internacional Occidental, sí, con mayúscula porque no hago referencia a un lugar geográfico sino a uno mental, es lo mejor y más cómodo del mundo. Todo aquel que no razona bajo los mismos parametros de esa muy consolidada narrativa Occidental es, por decir lo mínimo, un féroz salvaje. Los Occidentales no se casan de pontificar que nos encontramos en la era de los Derechos Humanos y de la ley internacional, de la libertad y la democracia, del Twitter, el Facebook y no se cuantas otras redes sociales, de la economía del conocimiento. 

De ninguna manera, arguyen los hijos de Kant, Wilson y las Naciones Unidas, nos encontramos en una era tan siquiera cercana al Medioevo u otras épocas bárbaras caracterizadas por el uso bruto e indiscriminado de la fuerza, especialmente la militar. Así queda más o menos planteado en ésta crítica de Tom Engelhardt, Overwrought empire: The discrediting of U.S. military power.

En ella acusa al liderazgo reciente civil y militar de los Estados Unidos de usar de forma poco inteligente y sabia su fuerza militar al no aprender las lecciones de Irak y Afganistán de la última década e involucrarse en Libia y el norte de África en general, con equipos no tripulados como los ya populares drones, fuerzas especiales e incluso posibles desplegamientos de soldados en países como Irak (¿de nuevo? Sí, de nuevo). A favor de Engelhardt tenemos que las dimensiones que tomó la Guerra Global Contra el Terror, GGCT, especialmente por la intervención en Irak en 2003, han resultado a todas luces, por decir lo menos, inconvenientes. 

Sin embargo este tipo de análisis terminan siendo infructuosos porque ignoran realidades incontestables: que Estados Unidos es un imperio como los otros imperios que han existido sobre la faz de la tierra y por ello mismo, tan singular como cada uno de ellos; que este imperio aparece, se consolida y eventualmente también desaparecerá, en un mundo reglado por las constantes que moldean, han moldeado y moldearán, el comportamiento de los actores del juego internacional, llámense como se llamen, es decir, el reconocidísimo pero de alguna forma nebuloso en estos análisis, interés nacional de cada uno de los participantes.

Así vemos que hoy vivimos en una era bárbara, a pesar de los sofisticados avances en tecnología, bienestar social y derecho internacional. Estos elementos pueden ser usados para satisfacer el interés nacional de los involucrados, y por lo tanto determinan quiénes son ganadores y quiénes perdedores. De ninguna forma sirven para mitigar o regular los intereses nacionales de todos, como algunos creen o desean (v.gr. Engelhardt).

Él, Engelhardt, pide que los líderes norteamericanos dejen estas intervenciones y se pregunta ¿qué intereses pueden tener los Estados Unidos para intervenir militarmente en un país como Chad? La respuesta pueder ser tan desconcertante y confusa como la realidad misma: democracia, Derechos Humanos, justicia, recursos minerales, ejercicios militares y estratégicos realistas, proyección de poder, ambición personal e incluso, mi favorita, ninguno. 

La realidad NUNCA es perfecta así como las decisiones, y los consecuentes resultados de estas, que deben elaborar y tomar los dirigentes. Y a esto se le debe sumar la complejidad. No unicamente existen múltiples actores (intereses) a nivel global, sino al interior de cada uno de los actores globales, por lo tanto, intervenciones como las que denuncia nuestro invitado de hoy solo pueden llegar a tener algo de sentido cuando se trata de observar la totalidad del panorama.

Por eso arrancaba este comentario diciendo que "[a] riesgo de volverme repetitivo, debo decir que definitivamente, hoy por hoy ser comentarista internacional Occidental... es lo mejor y más cómodo del mundo." Y ni les hablo de lo de Occidental (por hoy) porque esto se alargaría más que una semana sin carne. 

jueves, 11 de octubre de 2012

El estudio de EAFIT vs. la lista de Foreign Policy Magazine

De un lado aparecen los primeros hallazgos de un estudio en elaboración de la Universidad Eafit de Medellín para la Empresa para la Seguridad Urbana de esa ciudad, indicando que los combos son los responsables de que productos de la canasta familiar sin marca aparezcan en las tiendas de las comunas más populares, y no los supuestos precios bajos que estos pueden llegar a tener frente a las marcas más conocidas. También estas mismas organizaciones son las responsables de montar sofisticadas operaciones que buscan controlar el espacio público y ocupar predios con gran potencial de valorización.

El crimen organizado hace esto en todas partes del país y del mundo y lo viene haciendo desde tiempos bíblicos. Lo que ha sido verdaderamente difícil de encontrar, son estudios que revelen con cifras y encuestas estas realidades. ¡A buenahora el estudio encabezado por el profesor Andrés Julían Rendón!

De otro lado, la revista Foreign Policy, anuncia su lista de los 50 intelectuales iberoamericanos más influyentes de 2012. Entre estos, hay tres colombianos: Piedad Córdoba, Fernando Vallejo y William Ospina. Para nadie es un secreto que estas tres figuras comparten, en mayor o menor medida, las creencias de que fenómenos como la violencia en las ciudadaes y en nuestro país, son explicados por las famosas causas objetivas o estructurales. Es decir, que en una ciudad, digamos como Medellín, los índices de violencia están explicados por la inequidad y la pobreza rampantes, especialmente en sus comunas más desarraigadas. Y de alguna manera ellos terminan justificando la existencia de, quizás no todos los grupos armados ilegales, pero sí de algunos.

Podría concluirse que el estudio y la lista dejan mal parados a la revista. ¿No existen en Colombia otras personalidades con ideas más aterrizadas a la realidad? ¿O el objetivo de la lista es simplemente buscar las personalidades más "escándalosas" y llamativas? 

Pero también puede ser un nuevo llamado de alerta al país. ¿Quiénes marcan las pautas y los liderazgos nacionales están sintonizados con la realidad y con los enfoques acertados para solucionar nuestros problemas?

Piense y escoja.

¿Patria, Socialismo o ¡muerte! en Europa?

La megalomanía de Chávez y sus áulicos es fenomenal. Uno podía ver en el remate de la campaña cómo Chávez anunciaba que su permanencia en el poder resultaba fundamental, no sólo para Venezuela, sino para Latinoamérica y todo el mundo. Pura perorata de campaña, pensaba uno. Pero después del resultado electoral positivo para los chavistas, encontramos a esos seguidores fundamentalistas al extremo diciendo cosas como las siguientes: 

“Esta será una elección que va a tener un impacto mucho más profundo de lo que ha tenido hasta ahora la Revolución Bolivariana en todo el continente... Esta es una revolución, y este es un triunfo que creo incluso va a influir sobre otros continentes que ven, como en Europa, como la Revolución Bolivariana se está convirtiendo en una alternativa frente al capitalismo en su fase neoliberal” (Jorge Valero, viceministro de relaciones exteriores en entrevista a Andrés Oppenheimer).

Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2012/10/10/1319365/oppenheimer-crecera-la-influencia.html#storylink=cpy

Y se las creen, que es quizás lo más preocupante e increible. Nótese también que no estamos hablando de un jefe de campaña o del diseñador del mensaje chavista. No, está hablando el viceministro de los asuntos internacionales. 

¿Pretende la Venezuela bolivariana tratar de realizar lo que la Unión Soviética intentó hacer durante buena parte de su historia y que la llevó a la ruina y desaparición? ¿Pretende hacer esta Venezuela lo que la China comunista actual no ha intentando realizar? Es decir, ¿conquistar y transformar ideológicamente, ya no no sólo el continente, sino el mundo?

Uno puede esperar cualquier cosa de Chávez Candonga, pero debe estar seguro que estas grandes ambiciones en realidad se parecen más a las apuestas que realizan los desesperados jugadores de poker cuando están en las últimas. Timan a sus rivales y apuestan sus últimos restos. 

Con ello no queremos decir que Chávez y su proyecto están acabados ni que la elección del domingo fue un fraude. No faltaba más. Pero sí queremos decir que la influencia venezolana en el mundo es cada vez más limitada. 

Con un 45% de la opinión en la oposición, el gobierno se va a tener que "distraer" mucho más  con los problemas internos, por lo tanto, su capacidad e interés por influir verdaderamente en el extranjero, serán considerablemente menores a lo que encontrábamos en años pasados. 

Así que tranquilos en Europa y el resto del mundo, porque el estribillo Patria, Socialismo o ¡muerte! sólo se va a escuchar en Miraflores. 

miércoles, 10 de octubre de 2012

Ortega y Garzón

Ortega y Garzón no hace referencia a un pariente lejano del filósofo español Ortega y Gasset, sino a dos funcionarios del gobierno Santos. El primero, Juan Ricardo Ortega, actual director de la DIAN, con un perfil que podría ser descrito como el del "perfecto tecnócrata", busca impulsar un salto inmenso y necesario para este país en materia taxativa. 

Los impuestos son los ingresos del Estado. Con ellos se pueden financiar las obras que los dirigentes prometen y se pueden apalancar empréstitos. Las naciones fuertes, sean estas pequeñas o grandes, en cualquier aspecto, cuentan con los instrumentos necesarios para cobrar y recolectar asiduamente sus tributos. Los países débiles, grandes o pequeños, son muy deficientes en esta tarea. Ortega, con argumentos y preparación busca que Colombia se enrrute en el camino correcto para convertirse en una nación fuerte y poderosa. 

El segundo, Luis Eduardo Garzón, el nuevo ministro consejero para el diálogo social, una oficina de la Presidencia de la República que se ha inaugurado con él, representa el pasado y atraso colombianos. En algún momento significó un aire para la política nacional al ser el primer alcalde de Bogotá proveniente de la izquierda. Pero con el paso del tiempo se descubrió en lo que era en realidad. Un político más, ávido de protagonismo y clientelas, dispuesto a todo y mucho más. Sus ideas para mejorar a Colombia se ven resumidas en su aporte al gobierno de Santos, y al proceso de paz que este está haciendo con las Farc: una marcha desabrida dizque para que los colombianos le muestren al mundo que quieren la paz, que la merecen y que su país es serio y moderno. Es un chiste flojo, como los que suele echar cada vez que le prestan un micrófono o una cámara lo voltea a mirar. 

No necesitamos más marchas. Son secundarias o terciarias. Lo que necesitamos es tipos como Ortega pensando cómo construímos un verdadero Estado, que provea seguridad, justicia y que tenga como financiar esos servicios y muchos más.

Este no es un tema de derechas o de izquierdas. Es un tema de ser modernos, dinámicos y realistas.       

Colombia: finca o empresa?

Una de las cosas que nos va a mostrar el proceso de paz que va a iniciar el gobierno de Juan Manuel Santos con las Farc, es si Colombia se parece más a una finca o a una empresa. A muchos en la opinión pública les molesta de sobremanera el manejo que le dio al país durante sus ocho años de gobierno Álvaro Uribe Vélez porque lo hacía como si fuera el capataz de una finca. Este símil buscaba mostrar al expresidente como alguien que representaba instituciones conservadoras y atrasadas. 

De igual forma, hoy celebran el manejo que le da Santos al país porque se asemeja a uno que le daría un gerente a su empresa en la ciudad, moderna y progresista.

Esta división del país no es física sino mental. Los de la finca son más recios y dogmáticos y por ello no ven viables y justas las negociaciones con grupos como las Farc. Mientras que los gerentes son más pragmáticos. Aunque muchos enuncien razones morales, la mayoría está dispuesto a negociar porque "es mejor un mal arreglo que un buen pleito".

¿Qué le conviene más al país? Eso lo iremos viendo con el paso del tiempo, así como también, la muy importante pregunta de, a quién se parece más el páis: ¿al finquero o al gerente?