martes, 20 de noviembre de 2012

Niños: en boca cerrada no entran moscos


Hacía ya un par de semanas quería hablar sobre las intervenciones de los políticos ante la opinión pública. Gracias a las tecnologías de la comunicación las presentaciones de los mandatarios y otros jugadores políticos son más que comunes. Atrás, muy atrás, están los días en que los líderes nacionales eran unas figuras lejanas y prácticamente intocables para la opinión pública.

Las consecuencias de esto son amplias. Una de ellas, por ejemplo, es que muchos de los analistas políticos, a los cuales en este blog les hemos dedicado algunas líneas ya, se concentran en estudiar las declaraciones y los discursos que estas personalidades entregan, dándoles, de manera facilista, la categoría de pronunciamientos definitivos. Es decir, se acercan a los comentarios como si fueran la puerta de entrada a los pensamientos más secretos y concluyentes de quienes los emiten. Un ejemplo muy cercano a nosotros es la ya legendaria frase de Juan Manuel Santos, a principios de su gobierno, de que Chávez era su “nuevo mejor amigo”.

Este se ha convertido en el mantra de los anti-santistas, o más bien, de los uribistas, para criticar al actual mandatario. Lo que convenientemente no se recuerda es que esta frase la soltó el presidente a la salida de un evento en México atosigado por numerosos micrófonos, cámaras y grabadoras. De pronto, lo que fue una declaración desprevenida (un chiste, o un mal chiste) en medio de una nube de mosquitos mediáticos, se convirtió en el centro oficial de la política exterior colombiana frente a su vecino.

Claro que estas son las reglas del juego de hoy. Acá no vamos a ser tan radicales como para decir que los medios no deben perseguir hasta la saciedad a las noticias y a los protagonistas de estas. Precisamente lo que queremos es reconocer esta realidad, buena o mala, no nos importa calificarla, sencillamente existe, pero sí deseamos darle contexto al tema. Sobre todo si nos consideramos serios y rigurosos analistas de la coyuntura nacional e internacional.

Así las cosas, me permito hacer dos comentarios:

Uno: mi querida canciller Holguín debe renunciar inmediatamente. Para SinEmbargo el trabajo por ella liderado ha sido uno de los mejores, dentro de los ministros del actual gobierno, y dentro de la historia del servicio exterior colombiano. Teniendo en cuenta sus limitaciones, especialmente organizacionales y mentales, que nos son pocas ni pequeñas, lideró una agenda regida por el interés nacional y el pragmatismo. Buscó internacionalizar a este parroquial país, convirtiéndose en el blanco de ridículas críticas, como aquellas que buscaban lograr su salida de la cancillería por unos sobrecostos, supuestos sobrecostos, durante la Cumbre de Las Américas en Cartagena. ¡Ah! Y también porque dizque el presidente Santos, aupado por esta mala mujer, estaba viajando mucho y se alejaba de la realidad del país. ¡Puras pamplinas!

Empero, y aunque su responsabilidad en el desastre acontecido el día de ayer por el fallo de la Corte Internacional de La Haya del laudo arbitral entre Nicaragua y Colombia, yace casi que exclusivamente por ser la canciller de hoy, porque en realidad este funesto resultado es producto de la pobrísima política del Estado colombiano frente a San Andrés, el Caribe, sus fronteras y su política de exteriores en general, que se funda ridícula y testarudamente, en la supuesta nobleza del derecho internacional, la señora María Ángela Holguín debe renunciar.  

Nuestra canciller se deslenguó con el fatídico comentario, ante los medios, en entrevistas con ellos, de que “la CIJ falla salomónicamente”. Si el resultado hubiera sido favorable a Colombia, es decir que la frontera entre Nicaragua y nuestro país no se hubiera movido ni un ápice hacia el oriente del meridiano 82, Holguín podría permanecer en el cargo y recordar el incidente como una triste y superada experiencia. Pero esto no fue así, y como las formas son tan importantes, sobre todo en la diplomacia y en la era de las comunicaciones, no le queda otro camino que renunciar.

El segundo comentario va sobre los pronunciamientos (pocos pronunciamientos) del presidente Santos acerca del proceso de negociación de fin del Conflicto Armado Interno con las Farc: tanto sus contradictores, como varios de quienes se encuentran más cercanos a él, están comenzando a preguntarse por qué la reticencia del mandatario y de su gobierno a pronunciarse sobre lo que pasa con este trascendental proceso para el país.

Acá hemos defendido en varios aspectos a Santos y volvemos a estar con él en este proceder. Entre más calle, especialmente ante los medios y ante la opinión pública en general, el presidente puede conservar una mejor posición negociadora. Como ya lo hemos establecido, con el ejemplo del comentario de “mi nuevo mejor amigo”, lo que se diga ante la prensa, se convierte en hecho político. Por lo tanto el presidente no puede dar papaya, como ya él lo ha hecho en otras oportunidades, la del “amigo” no ha sido la única, y como otros de sus colaboradores, la canciller siendo hoy la más destacada, también lo han hecho.

Entre menos diga abiertamente, él y sus negociadores tendrán un rango más amplio de opciones para escoger cuando estén sentados con sus contrapartes de las Farc. Esta es una de las reglas más simples y lógicas de las negociaciones, pero en medio de la histeria creada por las redes sociales y las tecnologías móviles, se ha prácticamente olvidado. Ayer no más, el director de Noticias RCN, Rodrigo Pardo, después de oír al aire el anuncio de alias Márquez de una tregua unilateral de las Farc desde hoy 20 de noviembre hasta el 20 de enero próximo, preguntó a su periodista en Cuba, casi que desesperado, que si las Farc iban a hacer una rueda de prensa para explicar en detalle el tema.

Nuevamente, acá entendemos cuál es la realidad de los medios. Ellos no están para ser mesurados, pensantes o estratégicos. Deben buscar la noticia como hienas, y no lo digo despectivamente. Pero el presidente y su grupo de trabajo sí están para ser mesurados, pensantes y estratégicos. Por lo tanto, bienvenido el mutismo, en este tema, del presidente. No es que sea anti-democrático. Sencillamente, estos temas son demasiado críticos y no pueden ser manoseados constantemente por la prensa y la opinión pública. Las masas son una cosa templada de manejar. Ese manejo, que no es manipulación per se, debe hacerse con mucha prudencia y mucha destreza. 

jueves, 15 de noviembre de 2012

Patos que no son patos (o sobre los enredos colombianos alrededor de su “conflicto”)


Patos que no son patos (o sobre los enredos colombianos alrededor de su “conflicto”)

Escribe el defensor del pueblo, el señor Jorge Otálora, al ministro de la defensa, el señor Juan Carlos Pinzón, que las Bacrim, bandas criminales, deben ser denominadas como grupos armados ilegales, es decir, deben ser cobijadas por las reglas que rigen al Conflicto Armado Interno, CAI, colombiano.

Este es un debate que ha retomado el defensor del pueblo y enhorabuena. Básicamente lo que este funcionario le dice al ministro es que las Bacrim son elementos más que delincuenciales debido a que “cuentan con una organización armada, con mandos jerárquicos, con capacidad para reclutar y entrenar a los miembros… con la habilidad para coordinar operaciones de tipo militar y ejercer control sobre un territorio”. Estas son características que el Derecho Internacional Humanitario reconoce como propios de una parte en los conflictos armados.

Otálora busca que con este reconocimiento las Fuerzas Militares comiencen a fustigar y atacar a estas organizaciones, ya que hasta el día de hoy, esta responsabilidad recae de manera exclusiva en la órbita de la Policía Nacional, y debido a la real capacidad de fuego de las Bacrim, esta institución se queda, por decir lo menos, corta para enfrentarlas.

Según el diario El Tiempo, Otálora agrega en su comunicado de 30 páginas para el ministro, como quien no quiere embarrarla, que este reconocimiento de ninguna manera significaría que estas bandas criminales entrarían “a ser parte de los actores del conflicto armado colombiano”. ¿Cómo así?

Hacen como patos, caminan como patos, ¿pero no son patos?    

Yo quiero creer que un señor como Otálora, ex vicefiscal general y prestante abogado penalista, que no internacionalista, percibe la crasa contradicción que surge de sus declaraciones. Lo que sí sé, es que en Colombia en general existe una magna confusión acerca del tema que nos trasnocha y nos retiene, como es el del “conflicto”.

Lo pongo en comillas porque acá trabajamos con, no una definición sino dos. Una, que es la más usada, común y aceptada, y la ponemos en minúsculas: acá lo que hay es un conflicto interno que es armado y que es político, social y económico. Tirios y troyanos hablan de él. Lo tenemos tan metido debajo de la piel que aquellos que dicen que no existe, a cada rato de alguna forma lo terminan reconociendo. El caso emblemático es el del señor Uribe Vélez, que se gastó su gobierno negando la existencia de este conflicto pero al mismo tiempo con su discurso negacionista enviaba el mensaje de que con las Farc comienza y se acaba la vida en Colombia.

“La culebra hay que matarla... todavía está viva” nos advertía, todavía lo hace, con gran insistencia. Uno sí tiene que llegar a preguntarse, si es posible que una cosa tan omnipresente en la vida y objetivos de un país no tenga alcances profundos en sus esferas políticas, sociales y económicas.

La segunda definición, es sin duda la minoritaria y es la del Conflicto Armado Interno, CAI, la cual es una categoría jurídica creada por mecanismos legales como el Protocolo Adicional II a los Convenios de Ginebra, del año 1977. Esta busca regular, óigase bien, regular, no dar fin, no explicar, no justificar, sino simplemente regular los conflictos armados. Pero, no sé si por nuestra vena santanderista, de alguna forma esto lo convertimos no solo en la esencia de nuestro “conflicto”, sino también de nuestra vida política y social y económica.

Acá nos tenemos que dejar de pendejadas, o más claro, de vainas. ¿Existe CAI? Sí. ¿Las Farc y Bacrim hacen parte de ese CAI? Sí. ¿Existe conflicto o conflictos sociales, políticos y económicos? Sí, ¿en dónde no? Cómo existe CAI y conflicto, ¿hay que negociar con las Farc? Uno preferiría que no, pero por nuestro enredo conceptual, acá nos gusta hacerlo. Es como tratar de impedir que un macaco detenga permanente sus actividades onanistas al aire libre. Es sencillamente imposible. Cómo existe CAI y conflicto, ¿hay que negociar con Bacrim? ¡Dios santo!, esperemos no llegar a ese exabrupto y no confundir que siendo estas efectivamente partes del CAI, no tienen nada que decir con sus armas en la forma como construimos y regimos nuestra democracia.

Es solo un pequeño debate.    

viernes, 9 de noviembre de 2012

Menos opinión (intuición), más matemáticas



Las elecciones del pasado martes en los Estados Unidos dejaron ganadores y perdedores, más allá de los evidentes y contundentes resultados. Entre los perdedores, podría decirse que nos encontramos buena parte de los analistas de este tipo de eventos.

Ha sido resaltado en múltiples medios y comentarios que esta fue una elección marcada por los “nerds”, pero no los de las ciencias humanas, sino de las ciencias puras, como por ejemplo las matemáticas. Personajes como Nate Silver que con su blog 538 en el New York Times predijo los resultados en la totalidad de los 50 estados y que desde hace varias semanas atrás dio una probabilidad de triunfo para el presidente Obama superior al 70%, el fin de semana anterior la tasaba en un escalofriante 91%, deben llamara a la reflexión a quienes nos aventuramos a comentar sobre este tipo de competencias electorales, sin dar mayor uso a los números.

Igualmente es un llamado de atención para los medios y sus comentaristas. Quizás no va a ser tan necesario en el futuro contratar un pull de expertos con gran experiencia en la vida política, bien sea como protagonistas o analistas, para analizar y comentar estos eventos. “Sencillamente” se necesitará el acompañamiento de genios matemáticos capaces de crear modelos de predicción que sean alta y escalofriantemente exactos.

Las elecciones en Colombia en 2014 pueden ser un laboratorio interesante para ensayar estas metodologías. De alguna manera, estas aventuras democráticas que son consideradas no por pocos como fascinantes y emocionantes, irán a perder o reducir significativamente este aspecto, pero todo sea por la loable meta de obtener mayor objetividad y rigurosidad en las opiniones, logrando que sean menos intuitivas y por sobre todo, menos partidistas, que se realizan para tratar de orientar a la opinión pública.

En todo caso, no es que el análisis político tradicional se haya agotado, simplemente deberá adaptarse a unas nuevas realidades que conllevan el uso de nuevas y exactas herramientas.

Entonces, ¡a echar número!, queridos politologistas.

jueves, 1 de noviembre de 2012

¡Jus-ti-cia, jus-ti-cia, jus-ti-cia!


Ese es uno de los sonsonetes más populares y escuchados en Colombia y podía decirse que en cualquier país del mundo. Por su puesto, nos interesa el lindo país bañado por dos océanos y con tres cordilleras y es sobre él que vamos a hablar.

Paro de ASONAL judicial, es decir, los trabajadores del sector justicia, desde mensajeros de despacho hasta jueces de circuito, pasando por secretarias e investigadores criminales; denuncias de carruseles de pensiones desaforados en los que están montados magistrados de las más altas cortes del país; más denuncias, también dirigidas a altos magistrados por guiar sus decisiones basándose en intereses políticos o de cualquier otro carácter, menos legal (casos de la salida del magistrado auxiliar de la Corte Suprema de Justicia, CSJ, Iván Velásquez, investigador líder de la parapolítica y escogencia del procurador Alejandro Ordóñez para terna por parte de la misma CSJ para el mismo cargo de procurador general); sensación (y realidad) de desorden rampante en todo el sistema en general; Fiscalía General imputando cargos sin pruebas sólidas que rayan en el ridículo (caso Sigifredo López); y más, mucho, muchísimo más.

¿Por qué tanto despelote? A mí me gusta oír la explicación de la calle de que esto pasa por nuestra colombianidad. Digo, me gusta, porque así el problema estaría resuelto. “Somos un país de cafres, entonces aceptémoslo, ¡y listo!” Así siempre estaremos condenados a este fracaso/desorden sin importar qué hagamos o dejemos de hacer.

Ese determinismo, desafortunadamente, no es válido ni cierto. Las instituciones, es decir las reglas, que el hombre construye están fuertemente moldeadas por la geografía y por la historia, que a su vez es esculpida por la primera, y las dos terminan forjando el carácter de las personas que habitan en un área determinada. No obstante, los determinismos geográficos o históricos (“país de cafres”), así como los raciales (“país de cafres”), están mandados a recoger y la experiencia histórica así nos lo demuestra.

Por supuesto, cambiar estas instituciones, formales e informales, representan un esfuerzo abismal y que nunca va a llegar a ser recompensado con la aparición de un statu quo ni cercano a la perfección.

Veamos el caso que nos interesa en el día de hoy. Durante el gobierno de Uribe, se adoptó como defensa política, acusar y caricaturizar a la Corte Suprema de Justicia como el “partido de oposición al gobierno”. Este calificativo, el de partido político, daba a entender que los jueces de esa corte estaban fallando guiados no por preceptos jurídicos sino por políticos. La verdad sea dicha, esta descripción de los togados y esa corte en particular es muy cercana a la realidad. Pero lo que debe resaltarse es que dicho comportamiento no fue exclusivo de esa CSJ en particular. El sistema judicial colombiano está creado para que los jueces, especialmente aquellos que logran llegar a las máximas magistraturas, se conviertan en figuras políticas. No solo ideológicamente, sino electoralmente. Así tenemos al magistrado Ibañez, uno de los adalides de la parapolítica, como candidato al congreso en 2006, fracasando, para luego ingresar a la Suprema. Y esta no es la excepción. De la Constitucional, la que podría considerarse la corte de cierre, aunque esto no está del todo claro, una evidencia más del pésimo diseño institucional del aparato de justicia, han surgido figuras políticas que han aspirado a los máximos cargos de elección popular del país. Carlos Gaviria, José Gregorio Hernández, Jaime Araujo, Alejandro Martínez Caballero.

Pero este no es solo un comportamiento en las altas cortes. Los exfiscales Alfonso Valdivieso y Alfonso Gómez Méndez también han aspirado a la presidencia de la república después de sus respectivos pasos por el ente acusador colombiano. El procurador Ordóñez es considerado por algunos como un posible candidato conservador a la presidencia del país.

Ahora bien, el que los jueces y los fiscales (investigadores) tengan posiciones políticas y las quieran imponer en la sociedad de la cual hacen parte es totalmente comprensible. Incluso deseable. Acá lo problemático es que el diseño institucional, que es para ángeles y no para ser humanos, sean estos de “Cundinamarca o Dinamarca”, pretende que quienes llegan a ocupar estos puestos sean ciegos, como la imagen (hipérbole) de la justicia, pero también sordos y mudos.

El diseño institucional debe ser realista. Debe atender que los seres humanos tienen intereses. Debe desconfiar pragmáticamente en la ambición de estos. Yo no dudo que todos los personajes que he mencionado con nombre propio tengan buenas intenciones. Pero están guiados por la ambición, algo normal, y nuevamente, deseable.

Se pueden hacer cosas relativamente sencillas: 1) que cualquiera de las cuatro, ¡cuatro!, máximas cortes de justicia con que contamos hoy, así como cargos como Contraloría, Fiscalía y Procuraduría, sean los últimos cargos que puedan ejercer quienes los ocupan, o que por lo menos deriven en una inhabilidad de un lustro o una década. Esto llevaría a que el llegar a estos puestos, aquellos que los ocupan se vean guiados, estimulados, más por intereses de largo alcance y no por naturales, entendibles y previsibles ambiciones políticas y electorales.

Y 2), de manera más profunda, eliminar cargos y sus organizaciones burocráticas que hoy son inoperantes o peor, se han vuelto instancias redundantes, que duplican, triplican o eneplican funciones y gastos y por lo tanto son estímulos para la ineficiencia y la corrupción. Las primeritas serían la Procuraduría, pero no por Ordóñez, sino por la existencia desde la Constitución de 1991 de la Defensoría del Pueblo y de la Fiscalía General, el Consejo de Estado y la misma Fiscalía. Las funciones de estas dos últimas deberían pasar en manos del ministro de justicia, que debe ser el administrador de los recursos sectoriales y el investigador número uno en el país. O si se deja a la Fiscalía, eliminar (de nuevo) al ministerio, o cambiarle el nombre por el muy glamoroso Ministerio de Penitenciarías.

Me alargué, pero este es un diagnóstico, créanlo, brevísimo y debatible. Y las soluciones también son poquitas, las expuestas hoy. Podría terminar diciendo que en el país es necesario que nos embarquemos en una especia de “Plan Colombia” para la justicia, pero a diferencia del que existió con el sector defensa y seguridad, este debe ser financiado en su vasta mayoría por los colombianos. Pero estos recursos no solo irían a sueldos, como pretende ASONAL, sino a capacitación, modernización, equipos e infraestructuras físicas e intelectuales.  

¿Alguien interesado? ¿O solo nos gusta el estribillo?    

martes, 30 de octubre de 2012

La educación, siempre la educación


Como este espacio está dedicado para desahogarse y echar cantaleta, hoy lo hago sobre el tema de la educación. De hecho es uno recurrente en estas líneas. Quizás no el más, pero sí se busca que muchas entradas se dediquen al tema.

Hace ocho días, mientras pescaba artículos, comentarios y videos en la web y en ese fabuloso instrumento que es Twitter, me pesqué dos presas provenientes de distinta fuente pero que permiten elaborar la trama del día de hoy.

Con un cubrimiento general en los medios, observé la semana pasada como se anunciaba la realización de las Pruebas Saber para los grados 3, 5 y 9, de este año en adelante anualmente y no trianual como es hasta ahora, que buscan medir los conocimientos de los estudiantes en más de 20 mil colegios, privados y públicos, en todo el país, en las áreas de matemáticas, lenguaje, ciencias naturales y competencias ciudadanas.

Me llamó poderosamente la atención que en el diario El Tiempo, el medio que junto a La W Radio cuentan con mayor llegada a los círculos más influyentes del país, para bien o para mal, ubicaran la noticia en la sección “Vida de Hoy”. De alguna manera la connotación que se da al ubicar un evento en esta categoría editorial es que no posee gran importancia, más allá para las “amas de casa” y otras clases de personas que no están ni remotamente cercanas a tomar las decisiones grandes que marcarán el rumbo del país y, con él, de todos los ciudadanos que lo habitan.

De otro lado, también en Twitter, encontré una noticia y un documento de los Estados Unidos que tenía por título U.S. Education Reform and National Security. El reporte, que era patrocinado por el Council on Foreign Relations, CFR, que es uno de los think tanks más prestigiosos de ese país y del mundo, que se dedica especialmente a temas como las relaciones internacionales, la geopolítica y asuntos militares y económicos, contaba como sus dos líderes a Joel I. Klein, la anterior cabeza del sistema educativo de la ciudad de New York, y Condolezza Rice, exsecretaria de estado, el cargo más alto en la jerarquía de la política de exteriores de ese país.

Por supuesto el reporte no fue primera plana, pero este no es el único reporte que sobre la materia y con este tipo de enfoque, seguridad nacional, se produce en esa nación.

El reporte reza en uno de sus apartados:

“la falta de preparación [de los estudiantes norteamericanos] amenaza en cinco frentes a la seguridad nacional [de los Estados Unidos]: crecimiento económico y competitividad, seguridad física [es decir del territorio y quienes lo habitan], propiedad intelectual, conciencia global de los Estados Unidos, y unidad y cohesión [nacional]… Demasiados jóvenes no pueden ser empleados en una economía global y cada vez más especializada, y demasiados jóvenes no están calificados para unirse a las Fuerzas Militares porque se encuentran mal físicamente, poseen antecedentes criminales, o cuentan con un nivel educativo inadecuado”.  

Debemos celebrar que las pruebas Saber y Saber Pro se consolidan cada vez más en el sistema educativo. Pero debemos también andar preocupados porque en nuestras élites no se percibe una juiciosa conciencia de lo estratégico y central que es la educación y todo lo que se haga para mejorarla y llevarla a tener niveles internacionales y competitivos.

La reforma a la Ley 30 (educación superior) fue flor de un día que marchito ante el más mínimo tropiezo. Recientemente desde el gobierno se ha manifestado la no  necesidad de adelantar las reformas por medio de leyes, esto de por sí es un alivio, pero es evidente que no se está haciendo realmente mucho, porque de ser así, se estarían pisando, que digo, aplastando, cayos y las reacciones de los que tuviesen sus intereses amenazados no se harían esperar.

Bien por la ministra Campo en su empeño por medir más y más, pero no es suficiente. Hay que desengavetar pronto la reforma educativa, en todos sus niveles, y sin importar el formato, sea ley, decreto o lo que sea, y dar la pelea. Es apremiante hacer estas reformas, y si no creen vean lo que tienen que decir los gringos.  

lunes, 29 de octubre de 2012

Sagacidad al volante


El pasado miércoles en El Tiempo el exfiscal, exprocurador, excongresista, exjuez de circuito, y por supuesto, como no, exprecandidato presidencial del partido Liberal, Alfonso Gómez Méndez, se preguntaba en su columna si “¿[e]s la guerrilla el problema principal [de Colombia]?”

No deja llamar poderosamente la atención que desde que salió a la luz pública el proceso de paz entre el gobierno de Santos y las Farc, poco a poco han venido apareciendo varios comentaristas, a los que hoy se les une el individuo en mención, señalando que, no solo una vez firmada la paz, que no es eso, sino el fin del Conflicto Armado Interno en el país, la situación de violencia probablemente se recrudecerá durante un periodo de tiempo que no puede ser calificado simplemente como transitorio, sino que ya también señalan que es que las Farc no eran esa cosa tan omnipotente y omnipresente en la agenda y la realidad del país, tal como parecía indicarlo la cantidad de esfuerzos, tinta y pensamientos que nuestros líderes, provenientes de todos los espectros políticos, dedicaban.

Como se señala, esta falencia no se debe a signos ideológicos, sino mas bien a la ausencia de visión estratégica, realista y pragmática, construida alrededor de valores y principios determinados, y adicionalmente, de variables definitivas como la geografía y la historia, la real, no la filosófica.

Las Farc son un enano intelectual, en todo el sentido de la palabra como también ese miércoles Pascual Gaviria lo señalaba en El Espectador. También, y más importante, son enanos estratégicos, sobre todo después del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, pero también antes de este.

Ahora, el problema con este nuevo intento de negociación que está haciendo Santos, es que si no lo maneja con la sagacidad necesaria, que es mucha, porque las Farc aunque son enanas en los campos que hemos mencionado arriba, han logrado, por medio de un poco conocido proceso, apoderarse de la psiquis de la opinión pública colombiana y de quien la moldea,  puede perfectamente permitirle a esta organización, como bien lo señala en su misma columna Pascual Gaviria, apropiarse de las agendas nacionales. Hoy ellas, las Farc, las han perdido, “más o menos”. No podemos derrochar estos valiosos avances. Los retrocesos serían cuantiosos.

Así que a continuar negociando pero sin procurar atención más de la que se merecen. Las Farc son un reallity y nada más. Yo pregunto haciendo uso de una analogía ejemplificante: ¿usted considera los reallities programas inteligentes y serios? La respuesta es no. Las Farc son un reallity y nada más.

Y sigo, entonces, preguntando: ¿cuáles son los programas serios? 

Gómez Méndez por lo menos ha comenzado de manera inteligente a señalar abiertamente que las Farc no son la prioridad número uno de Colombia, ni la dos y ni la tres. Pero como pueden ver en su escrito, deja por fuera todos los desafíos que tiene este país y cualquier otro si quiere destacarse y enriquecerse en el actual ambiente internacional. Es decir, no hay mención a los temas de la innovación y la creatividad, o sea la economía del conocimiento y la información.

Todavía falta bastante para cambiar el chip de pensamiento de la dirigencia colombiana. ¿Quién lo irá hacer? La pregunta del Baloto es esta.

Para más info sobre este asunto ver aquí, aquí y aquí.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Seriedad, por favor.


Como estamos en una democracia, no solo son bienvenidos sino necesarios, los pronunciamientos provengan de donde provengan y que busquen aportar ideas y soluciones a los distintos asuntos y problemas que nos afectan como país. Por lo mismo, como somos una democracia, no solo son bienvenidas sino necesarias, las críticas que se hagan a dichos pronunciamientos.

En razónpública.com, la revista digital de la Fundación Razón Pública, fundada y liderada por Hernando Gómez Buendía y buena parte de una gran camada de intelectuales colombianos, publicaron hace una semana una “[d]eclaración pública de centenares de artistas, profesores, investigadores, periodistas y líderes comunitarios que respaldan el proceso de paz que comienza”.

Siempre ha resultado desconcertante a los ojos de este comentarista que buena parte de los líderes intelectuales de este país, por no decir la abrumadora mayoría, pueden equivocarse tanto a la hora de apreciar un tema, además uno tan omnipresente en nuestra realidad y de tanta importancia.

Primero: “…proceso de paz que comienza”. Lo de Oslo no es ningún proceso de paz. Uno podría enredarse (prolongarse) bastante echando el cuento de que qué es esa cosa de la “paz”. Pero eso sería para otras numerosas entradas. Lo que se debe resaltar con insistencia es que lo de Oslo son unas negociaciones para dar fin al Conflicto Armado Interno colombiano. Con mayúsculas porque este es un término encuadrado en las categorías jurídicas desprendidas de los Convenios y Protocolos de Ginebra y que tienen por fin regular la guerra. Ni siquiera resolver los conflictos sino regularlos, teniendo como principios guías la búsqueda de la humanización de los mismos.

Esta aclaración es necesaria porque, que esto lo digan en “Muy Buenos Días” o en “Sweet” no pasa de ahí. Es desafortunado, por supuesto, que la opinión pública no tenga claro qué es lo que ocurre en el país en que viven, pero es perturbador que la intelligentsia tampoco.  

Segundo: después de dar apoyos, consejos y observaciones, en el último punto, nuestros abajo firmantes, como más de cien, no sé si dándose cuenta o no, se ponen del lado de las Farc. De la ilegalidad. “Una paz negociada implicará reformas substanciales que afronten” el desorden tan macho que tenemos hoy y desde hace rato. Como la agenda arranca con el tema rural, “desarrollo agrario integral”, a la luz del debate público, se debe abordar “el análisis de temas como la superación de la pobreza rural, la democratización de la propiedad de la tierra, la relación agricultura-minería, la reconversión de tierras dedicadas a la ganadería, la inversión extranjera, la reprimarización de la economía, las reservas campesinas, la seguridad alimentaria y la protección de los recursos naturales”.

Esto fue publicado cuatro días antes de que alias Iván Márquez sacara su discurso acusador en Oslo, el jueves pasado. No es nuevo, pero las coincidencias entre el discurso de este grupo armado ilegal y buena parte de los formadores de opinión, resulta por decir lo mínimo curioso. Justifican el accionar de las Farc. Como consecuencia lógica, las “reformas substanciales” deben ser abordadas en la agenda de negociación. Y por último, es más una inferencia propia pero considero no desatinada, se desechan los foros naturales y legales, que no legítimos quizás, pero legales al fin de cuentas, como el congreso e incluso los medios de comunicación, al encontrar óptima la presencia de las Farc en una mesa frente al Estado, para poder “analizar”, ergo resolver, los problemas señalados arriba.

Yo acá no vengo a pontificar. Me llama sí la atención el pragmatismo de estos intelectuales, por lo menos la mayoría de ellos, a la hora de enfrentar a los ilegales de las Farc, póngale usted los adjetivos adicionales que quiera, y la rectitud y radicalidad con que enfrentaron hace unos años a las, ilegales también, y póngale también los adjetivos que quiera, Autodefensas Unidas de Colombia. Para mí, eso no es solo falta de rigor intelectual y científico, si se le quiere dar mucha pompa al asunto de la ciencia política, sino también falta de seriedad y congruencia.

Para seguir discutiendo.      

martes, 23 de octubre de 2012

Analistas facilistas y medios facilistas


¡Qué pena con ustedes! Pero al ser una audiencia privilegiada y de élite, es decir reducida, deben hacer el intento de aguantarme la cantaleta. Pero estos analistas internacionales que debemos sufrir, aunque muchos en realidad los disfrutan porque exponen de manera sofisticada y nítida sus posiciones simplistas, diría yo equivocadas, precisamente por ser simplistas, son definitivamente insufribles.

Escribe hoy en el diario El Tiempo uno de los especímenes más resaltados de esta categoría de seudo-pensadores, el mexicano-estadounidense Sergio Muñoz Bata, poniendo en evidencia al perverso Romney. Resulta que el candidato del partido republicano es malo, es pésimo, porque se hace el loco con lo que ha dicho en el pasado. Por supuesto, el exgobernador de Massachusetts no tiene memoria selectiva, se equivoca en eso el presidente Obama, según el propio Muñoz Bata. Romney va más allá en su perversión. Es un cínico de raca-mandaca.  

No hay que recordarle lo siguiente a Muñoz Bata. Él lo sabe. Él pasa por indignado, el uso de la palabra es adrede, porque la gran mayoría de los indignados se hacen, no lo son, porque conocen cómo es la realidad, pero debe asumir su posición de indignado frente a los cambios reales, por cierto, de posición de Romney, por necesidad de mecánica política. Yo podría acá sin necesidad de ir a Google y decir que su candidato, el actual presidente Obama, también ha cambiado de posiciones. Y muchas veces, ¡oh sorpresa!, desde que llegó a la presidencia de la república. Guantánamo, SuperPACs, derechos de los homosexuales y así podría seguir en muchos otros temas si me decidiera por usar los motores de búsqueda.

Muñoz Bata está en todo su derecho de defender a su candidato y de hacerlo como se le de la real gana. Pero en el que es el periódico de mayor influencia en el país, deberían ser serios y poner entonces en sus páginas editoriales otra opción que entregue equilibrio informativo y las mayores opciones posibles a sus lectores. Muñoz Bata no es un analista serio y objetivo. Yo me atrevería a decir que tampoco riguroso. Que opine lo que quiera, pero que por lo menos en El Tiempo, no lo presenten así, sino como lo es, un activista político.

Como ven, acá no me despacho esencialmente contra los analistas, que llamo facilistas, sino más bien contra el importantísimo El Tiempo. Espero que mejoren seriamente en este aspecto, por lo menos mirando ya hacia el 2016. Querámoslo o no, El Tiempo es crucial en nuestro país para construir la visión que hacemos del mismo, por lo tanto tiene responsabilidad fundamental de que dicha visión no sea ni limitada ideológicamente ni parroquialista.
    

viernes, 19 de octubre de 2012

Juan Manuel Santos y el póker


Cuando uno como que se está cargando de tigre contra el presidente Santos por lo del famoso proceso de paz y por lo que entonces pueda empezar a suceder en Oslo, la sangre hierve y surge la pregunta, "¿a qué horas y por qué fue que terminé votando y apoyando a Juan Manuel Santos?" Y este se lo recuerda a uno, nuevamente. Rápidamente a veces. Como que sin querer queriendo.

“Usted terminó votando por Juan Manuel Santos porque es un extraordinario jugador de póker”. 

Durante la campaña y la construcción de su carrera y su perfil político, el asunto del póker apareció constantemente y era utilizado mayoritariamente para atacarlo: timador, embaucador, arriesgado y apostador o tahúr.

Estos son algunos rasgos característicos de los jugadores de cartas, pero en realidad la referencia al póker va mucho más lejos, puntualmente va al rasgo de analista complejo y agudo.   

Edgar Allan Poe escribía sobre los jugadores de cartas, especialmente los realmente buenos, en la parte introductoria de Los crímenes de la calle Morgue, una de sus fabulosas Historias extraordinarias, que:

"[n]o cabe duda de que no existe nada de similar naturaleza, como [las cartas], que ponga tanto de relieve la facultad de análisis... la pericia en [las cartas] implica capacidad de éxito en todas aquellas empresas más importantes donde la mente lucha contra la mente. Cuando hablo de 'pericia', me refiero a la perfección en el juego que incluye comprensión de 'todas' las fuentes [que son numerosas, multiformes e inaccesibles al entendimiento vulgar] que produzcan legítimas ventajas... es en el terreno situado más allá de los límites de las simples reglas de juego donde se pone de relieve la capacidad del analista... El conocimiento necesario se basará en 'qué' observar. Nuestro jugador no se limita en absoluto; ni tampoco porque el juego sea el objeto, rechaza deducciones de cosas ajenas al mismo".

Este recordatorio de que Santos es un gran analista no surge de algo que sepa este comentarista sobre el proceso de paz mencionado arriba, sino de una información que va a pasar desapercibida en medio de la inmensa marea de noticias provocadas por la rueda de prensa en Oslo que dio inicio a las negociaciones entre el grupo armado ilegal y el Estado colombiano. 

Dicha información señala que el presidente Santos escribió el prólogo de la traducción al español del best-seller de Dan Senor y Saul Singer titulado Start-Up Nation: The Story of Israel's Economic Miracle, en el que los autores buscan dilucidar cómo pudo Israel, una pequeña nación en términos geográficos y demográficos, sin recursos naturales, rodeada de enemigos y en constantes guerras, convertirse en la meca mundial de las empresas de alta tecnología, tecnologías limpias, patentes médicas, biotecnologías, además de software, seguridad cibernética y telecomunicaciones. La única nación que en algunos de estos campos supera en volumen de inversión a los israelitas, son los Estados Unidos. En los demás casos, por ejemplo, Europa e India juntas, se encuentran rezagadas frente al Estado de Israel.

Este es el Santos de avanzada. Este es el Santos que incluye en su plan de desarrollo como una de sus locomotoras a la ciencia y la tecnología. Desafortunadamente Santos, como cualquier otro líder, no trabaja en el vacío. Y es allí cuando, quiero creer yo, tiene que aparecer forzosamente el Santos anticuado que se encuentra anclado en el pasado. El que tiene que buscar cómo esparce la mermelada por toda la tostada, teniendo que utilizar ese sofisma de distracción en que se ha convertido el argumento de la equidad, usado con sevicia por los politiqueros y los gobiernos para poder alinear a los primeros.      

A pesar de esa malicia y esa fealdad que se observa en eventos como esta negociación con un grupo terrorista, rancio y cínico como las Farc, a Santos hay que darle crédito porque es el primer mandatario que le ha interesado en suma manera el tema de la innovación y lo relacionado con la economía del conocimiento. Estas, lo del prólogo en Start-Up Nation por ejemplo, son las señas que nos indican que entiende la compleja realidad y nos permite renovar los votos de confianza en él, por su condición de gran jugador de póker, es decir, por su condición de gran analista. Por supuesto, no solo de ese juego de cartas, sino del contexto nacional y mundial. 

martes, 16 de octubre de 2012

Falcainha

Falcainha y no Falcaldada como podría ser en buen castizo (creo que buen castizo) porque suena preocupantemente a alcaldada que es cuando los gobernantes de turno cometen arbitrariedades, no en nombre del bien común o el bien superior, sino en nombre de la necedad o simplemente de la pura y llana idiotez. 

Con ella, la Falcainha, me refiero a ese jugadita que termina en gol, con la que Radamel Falcao García, el nueve que juega hoy para el Atlético de Madrid español, ¿quién sabe hasta cuándo?, nos está acostumbrando a los colombianos y a los amantes del futbol. O podría decirse malacostumbrando, algo para lo que ambas categorías humanas, somos muy aptos de hacer.  

Recibe la pelota en una esquina del área, la controla, tenga o no tenga marca, engancha con una pierna y amaga, por lo menos al arquero, y con la otra mete una especie de globito, pero no de esos que salen desinflados, sino uno que tiene colocación y suficiente potencia para vencer al equipo contrario. Y ¡pum! ¡Basta! fue gol. 

Se la hizo al bonito e inspirador Bilbao de Bielsa en la final de "la otra mitad de la gloria" del viejo continente, la UEFA Europa League. Después de unos mesesitos, cuando escasamente arrancaba la actual temporada, se la aplicó tal cual al multimillonario y valiente Chelsea de Abramóvich en la Supercopa de Europa, y el viernes pasado la hizo, yo me atrevería a decir que dos veces, pero para no polemizar mucho, la hizo en el primer gol que le metió a la desabrida y triste seleción del Paraguay, en juego por las eliminatorias al mundial de Brasil 2014.  

Ya se oyen voces hablando de los merecimientos de Falcao para disputar, y hasta ganar el Balón de Oro de este año, el Premio Nobel del futbol. No solo por estas falcainhas, ya en minúsculas porque yo digo que toca acuñar este término tal como "la chilena" y "el olímpico" y "la rabona", sino por su rendimiento total en el campo de juego. Goles, entrega, disciplina, genialidad y también, porqué no, lo que hace por fuera de ellas. Es un señor. Una amiga (wink-wink) me dice que toca peluquiarlo, pero ¿qué se le hace? Al nueve le gusta así y así juega lo que juega.

Pero la cosa es de pa' arriba. A la final del Balón de Oro llegan tres. Messi que es el mejor de la historia, CR7 que es un atleta y un "entertainer", como al mismo le gusta describirse, e  Iniesta que es "el" cerebro. Esa es la competencia. A Falcao le toca mantaner el ritmo que lleva desde comienzo de la 2012-2013. 15 goles en 10 partidos oficiales. Y le toca porque el record en goles de Messi desde enero de 2012, fecha de inicio que evalua el galardón, es superior al de Falcao. Y también le toca, pienso yo, inventarse otra jugadita además de la falcainha o dejar a su mujer y cuadrarse a Sofía Vergara para superar a CR7, el "entertainer". Y tambén le toca ganarse algo como una copita continental como la que Iniesta se ganó este año con España. 

Por todo eso es que está de pa' arriba. No es imposible porque el futbol se caracteriza por impredecible y porque muchas, muchas veces, pasa precisamente lo imposible. Pero entonces, acá en Colombia y en el Atlétic hagamos fuerza porque se imponga la Falcainha y si no pasa de ahí, pues muy bien gracias, todo muy bonito y muy chévere. Ya lo hecho por Falcao es brillante.  

viernes, 12 de octubre de 2012

Petro: el alcalde del cambio

¿Qué pasaría si Gustavo Petro fuera el técnico de la selección Colombia? Pues muy seguramente, por lo visto por su paso por la alcaldía de Bogotá hasta el día de hoy, Petro habría cambiado la convocatoria y el equipo en el campo de juego con respecto al de los últimos encuentros. Todo porque para Petro, puede uno especular por lo presenciado hasta hoy, el objetivo más grande de cualquier empresa o aventura es hacer cambios, y entre más grandes mejor. Que sirvan o no es secundario. Lo importante es mostrar que se hacen quiebres dramáticos con respecto a lo pasado. 

Lógicamente, debemos tener clara la perspectiva y reconocer que en Bogotá el actual alcalde no es el primero en comportarse de esa manera, en las últimas dos décadas. Luis Eduardo Garzón, el bufón del regimen santista, aunque terminó plegado a la escuela Castro-Mockus Peñalosa, se demoró bastante en hacerlo. Podríamos decir que prácticamente la mitad de su periodo de cuatro años. El desorientado y sacrificado Samuel Moreno tuvo un gobierno de fractura, en todo el sentido de la palabra como bien sabemos. Botó por la borda lo que se había construído en una década en Movilidad y cultura ciudadana. 

Y hoy Petro anda feliz haciendo las mismas cosas que Garzón y Moreno buscaron hacer. Pero parece que él es más decidido que el primero y honrado que el segundo, sin que estas dos características lleven a concluir que el experimento Petro sea favorable para los intereses de la ciudad y sus habitantes. 

Veía en un reporte especial de la revista The Economist sobre India que sus ciudadaes son un desorden tenaz. Aunque sólo un tercio de la población es urbana (hoy unos 415 millones de personas aproximadamente), ya 53 ciudades cuentan con por lo menos un millón de habitantes. Hay poquísima infraestructura, mucha burocrocia, mucha corrupción, poca seguridad, poca planeación urbana. Pero hay algunos oasis esperanzadores. 

En el estado costero de Gujarat, arribita de Mumbay, se encuentra la ciudad de Surat. Con 4 y medio millones de habitantes superó una crisis sanitaria de dimensiones propias del Bhagavad Gita. Hoy se ha convertido en un pudiente centro industrial, el 96% de la gente paga sus impuestos puntualmente, es limpia, se han hecho calles y avenidas y existen unos muy confiables sistemas de transporte y servicios públicos, administrados por privados. 

¿Cuál fue la principal clave de este exitoso caso indio? Lo que no le gusta a nuestro alcalde: la sostenabilidad por dos décadas de las políticas tomadas a lo largo de diferentes gobiernos. ¡Nada más!      

Esta sostenibilidad de políticas ha permitido que aparezca y se sostenga la gobernabilidad en la ciudad. Esta es producto de un esfuerzo entre empresarios, academia y gobierno. 

Pero al burgomaestre de los bogotanos, eso como que no le llama la atención. ¿Qué Transmilenio tiene yerros y limitaciones? ¡Pues cierrenlo e invéntense otra cosa! ¿Qué la privatización de Energía, Telecomunicaciones y el aseo produce algunas preguntas sobre el manejo que se le ha dado? ¡Pues a estatizar se dijo! ¿Qué la terciarización de unos colegios públicos deja algunas dudas? ¡Pues se abandona ese programita neoliberal! En fin, ustedes me entienden. 

Hace unos pocos años atrás el experimento en Bogotá estaba funcionando bien comparado a lo que se tenía antes. ¿Se acuerda de la EDIS señor alcalde, o de la "troncal" de La Caracas? Por supuesto el espacio para mejorar era inmenso, pero había un curso marcado. Ahora vemos como con el paso de los meses la gobernabilidad de la ciudad se va perdiendo en un liderazgo que solo ha conseguido que "un espectálculo cruel y provocador, pero también cierrtamente hermoso", como describe Mo Yan, el nuevo Premio Nobel de literatura, al toreo, sea prohibido. Otro cambio más. 

¡Ser comentarista internacional es una comodidad!

A riesgo de volverme repetitivo, debo decir que definitivamente, hoy por hoy ser comentarista internacional Occidental, sí, con mayúscula porque no hago referencia a un lugar geográfico sino a uno mental, es lo mejor y más cómodo del mundo. Todo aquel que no razona bajo los mismos parametros de esa muy consolidada narrativa Occidental es, por decir lo mínimo, un féroz salvaje. Los Occidentales no se casan de pontificar que nos encontramos en la era de los Derechos Humanos y de la ley internacional, de la libertad y la democracia, del Twitter, el Facebook y no se cuantas otras redes sociales, de la economía del conocimiento. 

De ninguna manera, arguyen los hijos de Kant, Wilson y las Naciones Unidas, nos encontramos en una era tan siquiera cercana al Medioevo u otras épocas bárbaras caracterizadas por el uso bruto e indiscriminado de la fuerza, especialmente la militar. Así queda más o menos planteado en ésta crítica de Tom Engelhardt, Overwrought empire: The discrediting of U.S. military power.

En ella acusa al liderazgo reciente civil y militar de los Estados Unidos de usar de forma poco inteligente y sabia su fuerza militar al no aprender las lecciones de Irak y Afganistán de la última década e involucrarse en Libia y el norte de África en general, con equipos no tripulados como los ya populares drones, fuerzas especiales e incluso posibles desplegamientos de soldados en países como Irak (¿de nuevo? Sí, de nuevo). A favor de Engelhardt tenemos que las dimensiones que tomó la Guerra Global Contra el Terror, GGCT, especialmente por la intervención en Irak en 2003, han resultado a todas luces, por decir lo menos, inconvenientes. 

Sin embargo este tipo de análisis terminan siendo infructuosos porque ignoran realidades incontestables: que Estados Unidos es un imperio como los otros imperios que han existido sobre la faz de la tierra y por ello mismo, tan singular como cada uno de ellos; que este imperio aparece, se consolida y eventualmente también desaparecerá, en un mundo reglado por las constantes que moldean, han moldeado y moldearán, el comportamiento de los actores del juego internacional, llámense como se llamen, es decir, el reconocidísimo pero de alguna forma nebuloso en estos análisis, interés nacional de cada uno de los participantes.

Así vemos que hoy vivimos en una era bárbara, a pesar de los sofisticados avances en tecnología, bienestar social y derecho internacional. Estos elementos pueden ser usados para satisfacer el interés nacional de los involucrados, y por lo tanto determinan quiénes son ganadores y quiénes perdedores. De ninguna forma sirven para mitigar o regular los intereses nacionales de todos, como algunos creen o desean (v.gr. Engelhardt).

Él, Engelhardt, pide que los líderes norteamericanos dejen estas intervenciones y se pregunta ¿qué intereses pueden tener los Estados Unidos para intervenir militarmente en un país como Chad? La respuesta pueder ser tan desconcertante y confusa como la realidad misma: democracia, Derechos Humanos, justicia, recursos minerales, ejercicios militares y estratégicos realistas, proyección de poder, ambición personal e incluso, mi favorita, ninguno. 

La realidad NUNCA es perfecta así como las decisiones, y los consecuentes resultados de estas, que deben elaborar y tomar los dirigentes. Y a esto se le debe sumar la complejidad. No unicamente existen múltiples actores (intereses) a nivel global, sino al interior de cada uno de los actores globales, por lo tanto, intervenciones como las que denuncia nuestro invitado de hoy solo pueden llegar a tener algo de sentido cuando se trata de observar la totalidad del panorama.

Por eso arrancaba este comentario diciendo que "[a] riesgo de volverme repetitivo, debo decir que definitivamente, hoy por hoy ser comentarista internacional Occidental... es lo mejor y más cómodo del mundo." Y ni les hablo de lo de Occidental (por hoy) porque esto se alargaría más que una semana sin carne. 

jueves, 11 de octubre de 2012

El estudio de EAFIT vs. la lista de Foreign Policy Magazine

De un lado aparecen los primeros hallazgos de un estudio en elaboración de la Universidad Eafit de Medellín para la Empresa para la Seguridad Urbana de esa ciudad, indicando que los combos son los responsables de que productos de la canasta familiar sin marca aparezcan en las tiendas de las comunas más populares, y no los supuestos precios bajos que estos pueden llegar a tener frente a las marcas más conocidas. También estas mismas organizaciones son las responsables de montar sofisticadas operaciones que buscan controlar el espacio público y ocupar predios con gran potencial de valorización.

El crimen organizado hace esto en todas partes del país y del mundo y lo viene haciendo desde tiempos bíblicos. Lo que ha sido verdaderamente difícil de encontrar, son estudios que revelen con cifras y encuestas estas realidades. ¡A buenahora el estudio encabezado por el profesor Andrés Julían Rendón!

De otro lado, la revista Foreign Policy, anuncia su lista de los 50 intelectuales iberoamericanos más influyentes de 2012. Entre estos, hay tres colombianos: Piedad Córdoba, Fernando Vallejo y William Ospina. Para nadie es un secreto que estas tres figuras comparten, en mayor o menor medida, las creencias de que fenómenos como la violencia en las ciudadaes y en nuestro país, son explicados por las famosas causas objetivas o estructurales. Es decir, que en una ciudad, digamos como Medellín, los índices de violencia están explicados por la inequidad y la pobreza rampantes, especialmente en sus comunas más desarraigadas. Y de alguna manera ellos terminan justificando la existencia de, quizás no todos los grupos armados ilegales, pero sí de algunos.

Podría concluirse que el estudio y la lista dejan mal parados a la revista. ¿No existen en Colombia otras personalidades con ideas más aterrizadas a la realidad? ¿O el objetivo de la lista es simplemente buscar las personalidades más "escándalosas" y llamativas? 

Pero también puede ser un nuevo llamado de alerta al país. ¿Quiénes marcan las pautas y los liderazgos nacionales están sintonizados con la realidad y con los enfoques acertados para solucionar nuestros problemas?

Piense y escoja.

¿Patria, Socialismo o ¡muerte! en Europa?

La megalomanía de Chávez y sus áulicos es fenomenal. Uno podía ver en el remate de la campaña cómo Chávez anunciaba que su permanencia en el poder resultaba fundamental, no sólo para Venezuela, sino para Latinoamérica y todo el mundo. Pura perorata de campaña, pensaba uno. Pero después del resultado electoral positivo para los chavistas, encontramos a esos seguidores fundamentalistas al extremo diciendo cosas como las siguientes: 

“Esta será una elección que va a tener un impacto mucho más profundo de lo que ha tenido hasta ahora la Revolución Bolivariana en todo el continente... Esta es una revolución, y este es un triunfo que creo incluso va a influir sobre otros continentes que ven, como en Europa, como la Revolución Bolivariana se está convirtiendo en una alternativa frente al capitalismo en su fase neoliberal” (Jorge Valero, viceministro de relaciones exteriores en entrevista a Andrés Oppenheimer).

Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2012/10/10/1319365/oppenheimer-crecera-la-influencia.html#storylink=cpy

Y se las creen, que es quizás lo más preocupante e increible. Nótese también que no estamos hablando de un jefe de campaña o del diseñador del mensaje chavista. No, está hablando el viceministro de los asuntos internacionales. 

¿Pretende la Venezuela bolivariana tratar de realizar lo que la Unión Soviética intentó hacer durante buena parte de su historia y que la llevó a la ruina y desaparición? ¿Pretende hacer esta Venezuela lo que la China comunista actual no ha intentando realizar? Es decir, ¿conquistar y transformar ideológicamente, ya no no sólo el continente, sino el mundo?

Uno puede esperar cualquier cosa de Chávez Candonga, pero debe estar seguro que estas grandes ambiciones en realidad se parecen más a las apuestas que realizan los desesperados jugadores de poker cuando están en las últimas. Timan a sus rivales y apuestan sus últimos restos. 

Con ello no queremos decir que Chávez y su proyecto están acabados ni que la elección del domingo fue un fraude. No faltaba más. Pero sí queremos decir que la influencia venezolana en el mundo es cada vez más limitada. 

Con un 45% de la opinión en la oposición, el gobierno se va a tener que "distraer" mucho más  con los problemas internos, por lo tanto, su capacidad e interés por influir verdaderamente en el extranjero, serán considerablemente menores a lo que encontrábamos en años pasados. 

Así que tranquilos en Europa y el resto del mundo, porque el estribillo Patria, Socialismo o ¡muerte! sólo se va a escuchar en Miraflores.