viernes, 12 de octubre de 2012

Petro: el alcalde del cambio

¿Qué pasaría si Gustavo Petro fuera el técnico de la selección Colombia? Pues muy seguramente, por lo visto por su paso por la alcaldía de Bogotá hasta el día de hoy, Petro habría cambiado la convocatoria y el equipo en el campo de juego con respecto al de los últimos encuentros. Todo porque para Petro, puede uno especular por lo presenciado hasta hoy, el objetivo más grande de cualquier empresa o aventura es hacer cambios, y entre más grandes mejor. Que sirvan o no es secundario. Lo importante es mostrar que se hacen quiebres dramáticos con respecto a lo pasado. 

Lógicamente, debemos tener clara la perspectiva y reconocer que en Bogotá el actual alcalde no es el primero en comportarse de esa manera, en las últimas dos décadas. Luis Eduardo Garzón, el bufón del regimen santista, aunque terminó plegado a la escuela Castro-Mockus Peñalosa, se demoró bastante en hacerlo. Podríamos decir que prácticamente la mitad de su periodo de cuatro años. El desorientado y sacrificado Samuel Moreno tuvo un gobierno de fractura, en todo el sentido de la palabra como bien sabemos. Botó por la borda lo que se había construído en una década en Movilidad y cultura ciudadana. 

Y hoy Petro anda feliz haciendo las mismas cosas que Garzón y Moreno buscaron hacer. Pero parece que él es más decidido que el primero y honrado que el segundo, sin que estas dos características lleven a concluir que el experimento Petro sea favorable para los intereses de la ciudad y sus habitantes. 

Veía en un reporte especial de la revista The Economist sobre India que sus ciudadaes son un desorden tenaz. Aunque sólo un tercio de la población es urbana (hoy unos 415 millones de personas aproximadamente), ya 53 ciudades cuentan con por lo menos un millón de habitantes. Hay poquísima infraestructura, mucha burocrocia, mucha corrupción, poca seguridad, poca planeación urbana. Pero hay algunos oasis esperanzadores. 

En el estado costero de Gujarat, arribita de Mumbay, se encuentra la ciudad de Surat. Con 4 y medio millones de habitantes superó una crisis sanitaria de dimensiones propias del Bhagavad Gita. Hoy se ha convertido en un pudiente centro industrial, el 96% de la gente paga sus impuestos puntualmente, es limpia, se han hecho calles y avenidas y existen unos muy confiables sistemas de transporte y servicios públicos, administrados por privados. 

¿Cuál fue la principal clave de este exitoso caso indio? Lo que no le gusta a nuestro alcalde: la sostenabilidad por dos décadas de las políticas tomadas a lo largo de diferentes gobiernos. ¡Nada más!      

Esta sostenibilidad de políticas ha permitido que aparezca y se sostenga la gobernabilidad en la ciudad. Esta es producto de un esfuerzo entre empresarios, academia y gobierno. 

Pero al burgomaestre de los bogotanos, eso como que no le llama la atención. ¿Qué Transmilenio tiene yerros y limitaciones? ¡Pues cierrenlo e invéntense otra cosa! ¿Qué la privatización de Energía, Telecomunicaciones y el aseo produce algunas preguntas sobre el manejo que se le ha dado? ¡Pues a estatizar se dijo! ¿Qué la terciarización de unos colegios públicos deja algunas dudas? ¡Pues se abandona ese programita neoliberal! En fin, ustedes me entienden. 

Hace unos pocos años atrás el experimento en Bogotá estaba funcionando bien comparado a lo que se tenía antes. ¿Se acuerda de la EDIS señor alcalde, o de la "troncal" de La Caracas? Por supuesto el espacio para mejorar era inmenso, pero había un curso marcado. Ahora vemos como con el paso de los meses la gobernabilidad de la ciudad se va perdiendo en un liderazgo que solo ha conseguido que "un espectálculo cruel y provocador, pero también cierrtamente hermoso", como describe Mo Yan, el nuevo Premio Nobel de literatura, al toreo, sea prohibido. Otro cambio más. 

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