lunes, 29 de octubre de 2012

Sagacidad al volante


El pasado miércoles en El Tiempo el exfiscal, exprocurador, excongresista, exjuez de circuito, y por supuesto, como no, exprecandidato presidencial del partido Liberal, Alfonso Gómez Méndez, se preguntaba en su columna si “¿[e]s la guerrilla el problema principal [de Colombia]?”

No deja llamar poderosamente la atención que desde que salió a la luz pública el proceso de paz entre el gobierno de Santos y las Farc, poco a poco han venido apareciendo varios comentaristas, a los que hoy se les une el individuo en mención, señalando que, no solo una vez firmada la paz, que no es eso, sino el fin del Conflicto Armado Interno en el país, la situación de violencia probablemente se recrudecerá durante un periodo de tiempo que no puede ser calificado simplemente como transitorio, sino que ya también señalan que es que las Farc no eran esa cosa tan omnipotente y omnipresente en la agenda y la realidad del país, tal como parecía indicarlo la cantidad de esfuerzos, tinta y pensamientos que nuestros líderes, provenientes de todos los espectros políticos, dedicaban.

Como se señala, esta falencia no se debe a signos ideológicos, sino mas bien a la ausencia de visión estratégica, realista y pragmática, construida alrededor de valores y principios determinados, y adicionalmente, de variables definitivas como la geografía y la historia, la real, no la filosófica.

Las Farc son un enano intelectual, en todo el sentido de la palabra como también ese miércoles Pascual Gaviria lo señalaba en El Espectador. También, y más importante, son enanos estratégicos, sobre todo después del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, pero también antes de este.

Ahora, el problema con este nuevo intento de negociación que está haciendo Santos, es que si no lo maneja con la sagacidad necesaria, que es mucha, porque las Farc aunque son enanas en los campos que hemos mencionado arriba, han logrado, por medio de un poco conocido proceso, apoderarse de la psiquis de la opinión pública colombiana y de quien la moldea,  puede perfectamente permitirle a esta organización, como bien lo señala en su misma columna Pascual Gaviria, apropiarse de las agendas nacionales. Hoy ellas, las Farc, las han perdido, “más o menos”. No podemos derrochar estos valiosos avances. Los retrocesos serían cuantiosos.

Así que a continuar negociando pero sin procurar atención más de la que se merecen. Las Farc son un reallity y nada más. Yo pregunto haciendo uso de una analogía ejemplificante: ¿usted considera los reallities programas inteligentes y serios? La respuesta es no. Las Farc son un reallity y nada más.

Y sigo, entonces, preguntando: ¿cuáles son los programas serios? 

Gómez Méndez por lo menos ha comenzado de manera inteligente a señalar abiertamente que las Farc no son la prioridad número uno de Colombia, ni la dos y ni la tres. Pero como pueden ver en su escrito, deja por fuera todos los desafíos que tiene este país y cualquier otro si quiere destacarse y enriquecerse en el actual ambiente internacional. Es decir, no hay mención a los temas de la innovación y la creatividad, o sea la economía del conocimiento y la información.

Todavía falta bastante para cambiar el chip de pensamiento de la dirigencia colombiana. ¿Quién lo irá hacer? La pregunta del Baloto es esta.

Para más info sobre este asunto ver aquí, aquí y aquí.

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