miércoles, 10 de octubre de 2012

Ortega y Garzón

Ortega y Garzón no hace referencia a un pariente lejano del filósofo español Ortega y Gasset, sino a dos funcionarios del gobierno Santos. El primero, Juan Ricardo Ortega, actual director de la DIAN, con un perfil que podría ser descrito como el del "perfecto tecnócrata", busca impulsar un salto inmenso y necesario para este país en materia taxativa. 

Los impuestos son los ingresos del Estado. Con ellos se pueden financiar las obras que los dirigentes prometen y se pueden apalancar empréstitos. Las naciones fuertes, sean estas pequeñas o grandes, en cualquier aspecto, cuentan con los instrumentos necesarios para cobrar y recolectar asiduamente sus tributos. Los países débiles, grandes o pequeños, son muy deficientes en esta tarea. Ortega, con argumentos y preparación busca que Colombia se enrrute en el camino correcto para convertirse en una nación fuerte y poderosa. 

El segundo, Luis Eduardo Garzón, el nuevo ministro consejero para el diálogo social, una oficina de la Presidencia de la República que se ha inaugurado con él, representa el pasado y atraso colombianos. En algún momento significó un aire para la política nacional al ser el primer alcalde de Bogotá proveniente de la izquierda. Pero con el paso del tiempo se descubrió en lo que era en realidad. Un político más, ávido de protagonismo y clientelas, dispuesto a todo y mucho más. Sus ideas para mejorar a Colombia se ven resumidas en su aporte al gobierno de Santos, y al proceso de paz que este está haciendo con las Farc: una marcha desabrida dizque para que los colombianos le muestren al mundo que quieren la paz, que la merecen y que su país es serio y moderno. Es un chiste flojo, como los que suele echar cada vez que le prestan un micrófono o una cámara lo voltea a mirar. 

No necesitamos más marchas. Son secundarias o terciarias. Lo que necesitamos es tipos como Ortega pensando cómo construímos un verdadero Estado, que provea seguridad, justicia y que tenga como financiar esos servicios y muchos más.

Este no es un tema de derechas o de izquierdas. Es un tema de ser modernos, dinámicos y realistas.       

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